Mujer, 1941 - ÓSCAR
DOMÍNGUEZ
No eres de aire,
tampoco ausencia.
Tú eres la herida,
el eco perenne
de mi silencio.
No serás ceniza.
Nunca serás olvido.
Serás
el verbo
que
prende la luz
de
mi silencio.
Serás
el útero
donde
germinará
mi
último verso.
Precioso e infinitum recuerdo de amor.
ResponderEliminarBesos
Qué fuerza de pensamiento fecundo,que dominio de todos los verbos...Eres el mundo de la poesía!
ResponderEliminarprecioso, los dos primeros versos ya lo encierran todo.
ResponderEliminarun saludo
ResponderEliminar-Palabras de amor
*
Siempre bordas finales...
ResponderEliminarTe quiero Noray.
ResponderEliminarSólo tú desbocas los latidos de mi pecho.
No quiero mirar en otro espejo que no seas tú,.. con tus manos prendidas de nuevos versos, con tus brazos como ramas de almendro y tu mirada llenandolo todo de vida y de luz.