Idilio atómico y uránico melancólico, 1945 – SALVADOR DALÍ
Se desmorona el olvido
sobre las huellas del tiempo.
Ya no quedan rescoldos
que aviven la memoria.
Tan solo cenizas,
escombros de voces y viento,
ecos desterrados al silencio
del último amanecer.
sí, al silencio eterno los ecos desterrados
ResponderEliminarellos se hacen estrellas
abrazo
bajo los escombros
ResponderEliminartirita aquella estrella...(él lo sabe)
abrazo
aprovechemos los escombros, para tejer una coraza de corteza dura que nos haga inmunes a los silencios más profundos de nuestra propia alma en las noches más frías de nuestro propio cuerpo...y seguir de pie, porque aún quedan personas a quien amar.
ResponderEliminarMe quedo con cada una de tus palabras, sin dejar de lado ninguna. Para repetirlas y disfrutarlas.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué buen poema Noray. Está hecho a medida.
ResponderEliminarNunca hay cenizas en lo que no puede morir.
ResponderEliminarUn beso mi querido Noray