Calcinados, 1974 - CÉSAR MANRIQUE
“cuando sea ceniza
que no me esparza el viento más allá de tu orilla”
ARTURO MACCANTI
Llegará la noche
y los lirios azules
se volverán rosas de espinas,
y una luna adolescente
llorará desde lo alto
mi silencio en soledad.
El péndulo de ceniza
dejará ya de marcar el tiempo
en esta carne de lava,
y pereceré junto a tu ribera
para regresar con el viento
al útero de la tierra.
-Duele poeta esta creación tuya
ResponderEliminarSi te sirve.....un Abrazo
Siempre se regresa a ese útero en los momentos aciagos. Eterno retorno al la nada, silencio de soledades, sí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y de la tierra brotará una nueva semilla cargada de vida, cerrando de nuevo el círculo que nunca acaba, que siempre regresa.
ResponderEliminarGrandes letras.
Abrazos.
P.d: Sin prisa, que el final del camino no se va de allí.
Muy bello y nostálgico tu poema, me ha gustado mucho el cuadro de César Manrique para encabezar tus versos. Da la casualidad que este verano estuve en Lanzarote y tuve el placer de verlo y fotografiarlo.
ResponderEliminarCariños
Sólo las lunas adolescentes lloran el silencio de otros. Esto sólo ocurre en las noches más densas. Las lunas experimentadas, están acostumbradas al silencio y a la soledad.
ResponderEliminarEs cuando se une la luna a las lavas, cuando se hace la noche más breve...
Bienvenido a la lanzaroteña lava...
Poesía dura dolorosa y real...
ResponderEliminarUn abrazo
Buen poema, soberbio y profundo renacer de las cenizas.
ResponderEliminarSaludos José Alberto, con tu permiso me quedo a seguirte.
Tenés el poder de conmover a mi alma con cada palabra .
ResponderEliminarRegresar al útero es renacer.
Te abrazo poeta querido.
M.