El reino del vacío, 1994 – GUILLERMO PÉREZ VILLALTA
Agoniza la palabra
en el útero de la primera luz del alba,
sobre el negro abismo del silencio
muere la oscuridad de la noche.
Sé que pendo de un hilo
sobre el eco perpetuo
que trepana mi corazón.
Que nunca muera la palabra. Cordón que ata, que perpetúa, que enamora, que vibra... Que no se pierda.
ResponderEliminarBesos
Arantza G.
qué metáforas más lindas!!
ResponderEliminarbesitos y felicidades
Nunca las palabras
ResponderEliminarque salen del corazón
serán estériles porque
florecen con luz propia.
Un gran abrazo.
increible, perfecto
ResponderEliminarPendes de un hilo de finas emociones,
ResponderEliminartrenzado en el líquido sollozante
de la breve existencia...
Con retales de estrellas fugaces
y nidos de golondrinas errantes.
Con las luces del alba,
y la postrera luna venidera
descompones silencios...
en orfebre plañidera
que desmadeja la tormenta
de un palpitar de barro
que llevas dentro.
Y recorres los susurros
de las voces que atesoras
dentro con los nudos
de las arenas...
de los silencios
que vas tejiendo.
Y vives,
en la luz que nos ofreces
y muere...
en el hueco de un sentimiento.
Conseguí ponerme al día con tus poemas.
ResponderEliminarLa palabra agoniza, se retuerce, gime, llora,sangra... pero, por suerte para todos,no muere. Queda en el aire y en el papel, se acomoda en el alma y forma parte del corazón.
Me encantó tu libro.
Un abrazo, Noray.