Autorretrato (Desnudo masculino sentado), 1910 - EGON SCHIELE
“No es que morir nos duela tanto.
Es vivir lo que más nos duele.”
EMILY DICKINSON
Nuestro cuerpo naufraga entre dos orillas.
Se desliza entre la frontera de la muerte
y el cortante filo de la efímera vida,
y el cortante filo de la efímera vida,
en el cálido amanecer del horizonte
y en la opacidad de la noche fría.
Siempre con el estigma de la soledad
tatuada a flor de piel, esquivando
el vértigo de nuestra propia agonía.
Dichosa soledad, que no nos la quitamos de encima nunca...
ResponderEliminarUn abrazo,Noray.
Ahora que por un rato ha dejado de perseguirme me quedo en ese cálido amanecer .. hasta que me encuentre de nuevo.
ResponderEliminarUn placer leerte y gracias por tu atento comentario (más que comentario poema, o así al menos lo he sentido)
La soledad navega en el filo del agua, en esas riberas que baña el olvido, fronteras indelebles que arañan las edades y los tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo.
es una plena dicha estar al filo de una muerte tan pero tan dulce cuando se trata de dos
ResponderEliminarhermoso y sensual poema José
abrazooo
Dos orillas, que están condenadas a encontrarse y a entenderse, aunque solamente sea a ratos...
ResponderEliminarLlevaba días sin comentar (cosas de las vacaciones) pero ya de nuevo por aquí.
Saludos y un abrazo.
Lo intento de nuevo, querido Jose, a ver si esta vez los duendes blogueros admiten mi comentario.
ResponderEliminarEs un de esos poemas tuyos magistrales que tanto me gustan, escritos como de tirón, con una única frase que hace que, al leerlo en voz alta, se estremezca el alma.
Eres grande, Noray.
Será lo que nos propone la vida ir como niños desamparados por caminos misteriosos en busca del refugio (¿existe?)
ResponderEliminarMi alma.
M.
Tengo mas pensamientos que comentarios a este poema, tienes esa habilidad sin intención para lograrlo.
ResponderEliminarun abrazo!!
Esquivando las piedras
ResponderEliminarvamos andando camino.
Me ha encantado.
Abrazos
Siempre andamos entre dos orillas, amigas inseparables, soledad dulce y amarga.
ResponderEliminarAl fin y al cabo en esos momentos de soledad es donde se escriben los más bellos poemas, como la maravilla y la belleza que dejan el tatuaje de tus versos.
Precioso.
Un abrazo
Encontrar un poema de esta envergadura, es como tener frente a mí un paisaje soñado en el cual quisiera vivir.
ResponderEliminarUn abrazo desde Argentina.