Tormenta I - Luis Argudín
El día ha muerto sin aviso.
Los campos se han vuelto cenizas
y los pájaros han dejado de trinar.
Hoy todo es gris y sombrío.
Sangran las heridas de mi piel
y me pesa el aire que respiro.
El sol ya ha desaparecido
entre las sombras del ocaso,
sobre el horizonte del océano.
La noche se ha quebrado
en un crisol de luz ciega,
que alumbra toda la estancia.
El cielo continúa estremeciéndose,
expeliendo mil rayos
que se ahogan en la mar.
Esta noche de tormenta,
rielando en mis pupilas
presagia una nueva aurora.
Ojalá que esa nueva aurora haga la luz en tu tormenta y te traiga mil soles de esperanzas.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué descripción más perfecta de lo que es una noche de tormenta! Espero que el poema sea realista y no se refiera a las que a veces se desencadenan en el alma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como poema, precioso, como es habitual en ti, Noray, maestro.
ResponderEliminarComo dolor...demasiado doloroso...
Menos mal que siempre llega la aurora.
Besos, con cariño.
Quisiera morir bajo esa noche de tormenta.
ResponderEliminarExcelso, poeta!
Besos y buen comienzo de semana.
M.
Y tras la tormenta llega la calma
ResponderEliminarque se siente multiplicada
y tras la noche llega el día
que siempre amanece en tu alma
...y en la mía.
Un abrazo Noray...desde la recién aurora
El poema es sobrecogedor.
ResponderEliminarMuy bueno.
De todas formas espero que la tormenta ya haya pasado.
Saludos.
Y el sol vovlvió a resurgir...
ResponderEliminarUn abrazo.
Triste pero bello . Abierto a la esperanza siempre. Un abrazo de aurora
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