Luces del silencio - MARTA CELLA
“Hasta que apunte el día, y huyan las sombras”
Cantares 2:17
No queda sangre en el silente cuerpo.
La piel en jirones se desnuda hoy del alma.
Es la última gran noche de plenilunio
y solo permanece tu huella en el alféizar de la ventana.
Quizás mañana cuando despunte el alba
entre la luz del silencio y tu sombra se torne crisálida.
Volverá la luz como la que ilumina tus poemas.
ResponderEliminarUn abrazo,
Quizá alguna mañana...mientras tu poesía nos llena a todos de luz y belleza.
ResponderEliminarBesos enormes, Noray.
tocado y colmado de belleza, un abrazo
ResponderEliminarlloverán lágrimas sobre el amanecer..
ResponderEliminarabrazos
El alma se desnuda al alba
ResponderEliminarmientras la sombra
se torna crisálida.
Un fuerte abrazo
Más allá de la ventana y de las sombras y de las crisálidas en formación, existe un mar inmenso y un horizonte por explorar en un velero de calma y tiempo.
ResponderEliminarMuy buen poema, como todos los que escribes.
Un abrazo.
Seguro que esa sombra se tornará Crisalida.
ResponderEliminarTu no vienes, yo sì.
Hay que dar y no esperar a cambio.
Ausencias, distancia, soledades, que han dejado un intenso dolor que hace diluir hasta la materia; y ese cuerpo que antes también era, es ahora una promesa de lo que fue, con la esperanza de que vuelva a ser.
ResponderEliminarHermoso, delicado, profundo, intenso, sincero poema.
Muchos abrazos, Anouna
Quizás también la crisálida sea un día la mariposa, que te dibuje bellos sueños...
ResponderEliminarBesos
¿Qué tiene la noche que alarga su mano sobre el amanecer?
ResponderEliminarDepúralo un pelín más y será perfecto.
Besos,
Laura