Dalí levantando la piel del Mediterráneo para mostrar
a Gala el nacimiento de Venus, 1977 – SALVADOR DALÍ
Sobre la nada se yerguen un sinfín de pieles
vestidas de silencios, desnudas de lenguajes,
que se adhieren hasta conformar un solo cuerpo.
Son demasiadas las pieles que caben en un solo cuerpo
a pesar de que la mañana no se abra entre las sombras de la noche,
aunque el tiempo se desmorone otra vez sobre un reloj de arena
y por mucho que el cuerpo nazca entre los restos de pieles muertas.
Sobre la nada crecen siempre espejos vírgenes
en los que se proyecta la vida bajo la estela del futuro
que, aunque es imprevisible, almacena todas las estaciones.
Originalísima y bella descripción de la nada.
ResponderEliminarEnhorabuena Noray,
En la Nada sólo hay existencia biológica, pieles muertas, células que se van reponiendo... hasta que pierden todas sus propiedades.
ResponderEliminarUn beso Noray, desde el alma...
La última estrofa me cautiva especialmente, es tremenda.
ResponderEliminarUn besazo.
La nada de las vírgenes conquistadas en cada estación de tus versos....
ResponderEliminarQue placer leerte poeta..
Un abrazo
Saludos fraternos
Que tengas una semana formidable..
Así no mas, waoooooooo quedé con la boca abierta
ResponderEliminarQue buena alusión con Dali, maravillado de tus letras y de esas imágenes que proyectas.
Y a pesar de eso, siempre debemos mosrar nuestras mejores "pieles"
ResponderEliminarUn Abrazo.
Son demasiadas las pieles que caben en un solo cuerpo.
ResponderEliminarSabes cuando leí eso, me impactó profundamente. Cuántos seres albergamos junto a cada piel que se adhiere. Es una metáfora preciosa, he quedado pensando en ella.
Un poema maravilloso, me gusta tu estilo y la forma de mirar la vida.
Un abrazo grande, Anouna
Me gusta este poema que deja intacta la búsqueda y advierte de que somos un vacío inmenso sometido a la piel.
ResponderEliminarUn beso.
Laura