El ocaso, 1930 – VALENTÍN THIBON DE LIBIAN
Se acerca el definitivo ocaso.
Lo percibo en este olor a carne requemada
que sale por las grietas de mi cuerpo.
Lo diviso en el vértigo al llegar la noche
cuando comienza la vigilia y agoniza el sueño.
Lo descubro en el aire que aún respiro.
lo advierto en estas flores que se marchitan
sin llegar jamás a nacer entre mis manos.
Lo siento en estas palabras que agonizan
y se precipitan en mi cerebro.
lo noto en esta soledad
y en este frío silencio.
Ayyyyyyyyyyyy hombre me hiciste temblar, escalofríos, fuerte, agonizan las palabras...
ResponderEliminara tus pies... poeta.
muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk
¡Triste! ¡Resignado!
ResponderEliminarHay que extrapolar este poema del autor.
Alguna cosilla... me callo.
Besos, besos, besos. ¡Que queda mucho!
Laura
Excelente poema. Ocaso de un amor, ocaso de la vida, ocaso de la pena... Que será? Perfecta distribución de palabras que me hicieron temblar.
ResponderEliminarCariños!
Un placer pasar por aquí y meditar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tú, ¿en el ocaso? Alguien que escribe como tú está en la plenitud, poeta.
ResponderEliminarUn poema que nos invade poeta.. excelente..
ResponderEliminarUn abrazo
Con mis
Saludos fraternos...
Si para escribir un poema tan lleno de sentimientos, commo este tuyo, hay que llegar al ocaso, díme donde se coge el tren y a que hora sale.
ResponderEliminarUn abrazo.
ahora es de noche y enciendes las luces del aviso...pero seguro que amanecerá detrás de esas montañas azules..abrazos.
ResponderEliminarun camino que todos haremos
ResponderEliminartodos en ocasos nos despediremos
sin más que en el recuerdo de los que quedan
besitos de luz
tú nunca te irás.
ResponderEliminarSe acerca el definitivo ocaso
ResponderEliminarEs usted un magnífico poeta, espero que sea un pésimo profeta.
Un beso...
No Noray, no en el ocaso.
ResponderEliminarYo te digo que de ocasos, para darle así a la pluma, nada de nada.
Abrazos.
No hables del ocaso, cuando tu vida se siente como a tibio amanecer!!!
ResponderEliminarHermoso poema, aunque un poco triste... !!!
Besos cielo, llenos de luz para ti!!!
Y tiemblan las piernas
ResponderEliminarcuando percibes el ocaso y crees que se agotaron los instantes para poderte ver.
Sueño con los amaneceres repletos de tus sonrisas,
pleno de tus miradas...
Se acerca.
ResponderEliminarPor más que el ocaso definitivo no exista.
Abrazos.
Al leer tu poema me ha invadido un escalofrío que ha recorrido todo mi cuerpo.
ResponderEliminarTodos veremos el ocaso definitivo, pero sentirlo asñi de cerca...
Un abrazo.
No sé por qué, pero este poema tuyo me ha hecho recordar las hermosas y pequeñas violetas que crecen entre las rocas en lo alto del Teide, haya frío...haya calor...
ResponderEliminarUn abrazo.
Los silencios son muy poderosos, pero la palabra siempre les vence.
ResponderEliminarUn abrazo
Marian
Este es el poema de los que has escrito con el que más me he sentido identificado. Y el que más me ha hecho disfrutar por eso mismo.
ResponderEliminarMe duele.
ResponderEliminarDefinitivamente me duele.
No puedo evitarlo.
Me provoca escalofríos.
Ese olor a carne requemada
me incendia y me abrasa por dentro.
Todavía no lo entiendes..
Mis flores sólo prenden en tus manos,
sólo crecen entre tus dedos,
sólo saben florecer si tú les das vida.