The Shoemaker, 1945 - JACOB LAWRENCE
He repetido tantas veces
el camino de regreso
pisando cada una de mis huellas,
y me he adentrado tanto
en los sedimentos de cada pisada,
que ya no aprecio la distancia.
Cuando vuelvo al principio,
después de la travesía del desierto,
siempre me hago la misma promesa:
ya nada volverá a ser igual,
a partir de ahora voy a respirar
el aire del océano en mis arterias.
Necesito llevar dentro de mí a la mar,
sumergirme en ella cada madrugada,
cuando el silencio y la soledad
se enquistan como un fósil en el alma
y producen una llaga abierta
que sólo supura desolación y muerte.
Volveré a ser simple huella
de mis pasos ya perdidos.
Regresaré a la mar y al océano,
para ser tan solo oxígeno
que arda en el silencio
de mis últimas palabras.
Que ardan tus palabras poeta, en el alma del que las lee.. excelente como siempre..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos...
Noray, con la belleza de siempre, y John cantando: You may say I´m dreamer, but I´m not the only one!!! poeta...
ResponderEliminarUn abrazo
Sumergirse en la inmensidad
ResponderEliminardel mar, todo lo oxigena,
todo lo renueva.
Excelentes palabras.
Un abrazo.
Eres un maestro en los versos de la nostalgia y los recuerdos de ese mar oceánico e inmenso. Un fuerte abrazo, poeta.
ResponderEliminarSerenidad en ese caminar sobre huellas repetidas con destino de mar y fuego en armonía verbal.
ResponderEliminarAbrazos,
Como te envidio amigo. ¡El mar me queda tan lejos!. Bello el poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente reinvidicación del mar como último regazo.
ResponderEliminarMis saludos.
aún en la hondura marina
ResponderEliminarlos edimentos de las pisadas quedan
porque la historia pesa
como el plomo a pique va
y nada será igual
auque se vista el mismo traje
ay POETA, las nostálgias reverberan en todo pensamiento emocionado
y tu las sabes hacer relucir con tu dorada pluma
besitos
Juan Ramón pensaba con frecuencia en sumergirse en el mar. Es el eterno problma de la sustancia y de la profundidad, de la filosofía de un animal de fondo.
ResponderEliminarVuelves al océano que te anhela, el que busca tu respiración para que lo huelas y lo inhales, te espera siempre y siempre regresarás a tu lugar en el mundo.
ResponderEliminarDivino Noray
Siempre se renace Noray aunque regreses de nuevo del desierto o vuelvas sobre tus pasos, sabes que tienes gente que te admira y aprecia y eso es muy importante.
ResponderEliminarLo aprendido en el camino es acumulativo, nunca se pierde.
Un fuerte abrazo mi poeta canario
La mar...si tus ojos la han contemplado alguna vez y se han perdido en su horizonte, ya jamás podrás sentirte completamente feliz lejos de ella. Siempre añorarás su aroma de sal y espuma.
ResponderEliminarUn placer leerte.
si has de ser huella,
ResponderEliminarcaminaré sobre tus pasos hasta encontrarte.
si quieres ser oxígeno,
yo te respiraré
hasta llenar de vida mis pulmones.
si quieres ser mar,
me arrojaré desde tu malecón al agua,
dejaré una rosa en tu noray,
y nos fundiremos en las profundidades del océano
hasta desaparecer dentro.
Así es...
ResponderEliminarY hay palabras...
verso y poemas
que dejan gran huella
en nuestros corazones...
-tal es tu caso-
Abrazos poeta...
-desde la huella mas superficial del hombre
y desde la palabra que no deja ni huella...
que tal es mi caso-
Ser la huella el sentir y el corazón de cada paso... pues asi tus versos que se ligan se adueñan y dejan muy bien plasmada su presencia.
ResponderEliminarcariños
bello leerte... como siempre.
muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk
¡Ya eres mar! Una inmensidad azul con vida propia que impregna todo lo que toca.
ResponderEliminarMe ha gustado como materializas con palabras el sentimiento de la necesidad de comunión con el absoluto natural del océano. Es difícil de conseguir y en este poema se mastica.
Un beso salado y marítimo,
Laura