Ventana de La Tierra (Serie La Umbría), 1976 – PEPE DÁMASO
Llegó la hora,
esta hora triste y fría
que agita la conciencia en la tarde,
esta hora fatídica y sombría
que declama la eterna soledad.
Llegó la hora,
el reloj ya está marcando las tres
en el meridiano cero,
es la hora en la que el verbo
se inmola a solas entre las cenizas.
Sí, llegó la hora,
esta fracción de instante en el tiempo
en la que sólo se escucha
un silencio de campanas
doblando a muerto.
Doblando a muerto... ese tañir lúgubre que se mete dentro de quien en silencio lo escucha y que quieras o no, te pone en contacto con la propia mortandad.
ResponderEliminarTu comentario sobre el premio nobel es de lo más acertado, Noray. Así va el mundo, con sus intereses, sus politiqueos y manipulaciones.
Un abrazo.
"Sí, llegó la hora,
ResponderEliminaresta fracción de instante en el tiempo
en la que sólo se escucha"
Se llega cuando se ha de llegar...
Saludos y un abrazo!
Precioso, pero triste; pienso en la hora del otoño, tan melancólica y anaranjada...
ResponderEliminarMe "quedo" con el haiku anterior: perfecto!!
Un beso. :) Reina
llegó la hora que nos iguala a todos. Un abrazo
ResponderEliminarAyer rico, ayer blasfemo
ResponderEliminary hoy a mi lado muerto.
Un abrazo, amigo Noray.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarno quiero que doblen esas campanas.
ResponderEliminarlas detendré.
enmudeceré cada sonido envolviéndolas con mis alas.
no doblarán.
no lo permitiré.
te abrazo my maestro.
sonríe, estás lleno de vida.