Mar de lirios, SOLEDAD FERNÁNDEZ
El sol de la madrugada abrasa las lágrimas
de estos lirios azules que acaban de nacer,
requemando los estambres y las desangradas
corolas sobre un lecho de cenizas.
Mi tierra se quiebra hasta abrirse en surcos,
que exudan sin pausa todo el inmenso dolor
generado en el vientre profundo y oscuro
de tu carne de marfil.
Que belleza...
ResponderEliminarde poema y de cuadro.
Abrazos amigo Noray...
Encierra un mundo de sensaciones calladas... o así lo percibo. Bello. Saludos.
ResponderEliminarLa carne de marfil, ni se compra ni se vende, solamente se entrega.
ResponderEliminarSaludos amigo Noray.
Bello, muy bello, querido amigo. La expresión de los deseos es formidable. Un abrazo.
ResponderEliminarBello cuadro el que transmiten las palabras.
ResponderEliminarBeso de lunes para ti.
BACI, STEKI.
Carne de márfil qué excelencia! realmente una metáfora preciosa, pero sobre todo exquisita...
ResponderEliminarNoray, vengo a saborear esta inmensidad de lirios decorados con el marfil de tus palabras.
ResponderEliminarUn beso.
PD,- No te asustes si vas a mi blog y lo encuentras cerrado, lo hice para unirme en solidaridad por unos amigos.
abraza las lagrimas como el tiempo que nos persigue de siglos..
ResponderEliminarun abrazo poeta..
excelente como siempre
saludos fraternos
Triste la visión del sol que amanece sobre los lirios.
ResponderEliminarTambién es triste el dolor que reseca nuestra tierra desde el vientre oscuro y profundo de una carne de marfil.
Los caminos del deseo son a menudo inescrutables.
Un abrazo.
El sol cuando amanece quema sentimientos nacidos como los lirios del valle, pero deja esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo.