El ídolo negro o el desafío, 1903 - FRANTISEK KUPKA
Como el viento fugaz
cuando hace vibrar la carne,
como el pertinaz aliento
que incendia el alma,
como el arco firme
que lanza saetas
contra la derrota,
como la honda
cuando arroja piedras
a los nenúfares azules
donde viven las libélulas,
así soy, como el silencio,
en los últimos acordes
de tu memoria.
Siempre me dejas pensando tus poemas, intentando saber cada palabra cada verso.....POETA.....COMO EL SILENCIO EN LOS ULTIMOS ACORDES DE TU MEMORIA....PRECIOSO POEMA...
ResponderEliminarBESITOS Y PERDÓN SI ALGÚN COMENTARIO MIO TE HA MOLESTADO, DESDE LUEGO NO ERA MI INTENCIÓN Y EN TODOS PONGO MUCHO CARIÑO Y NO SON PELOTEO, CUANDO PUBLICAS ALGO CON LO QUE NO ME IDENTIFICO, PREFIERO NO ESCRIBIRTE....y así demostrarte que soy sincera...
en la memoria marchita de tu cuerpo...
ResponderEliminarhermoso poema poeta como siempre
saludos fraternos
un abrazo
que tengas un bue fin de semana
un placer leerte, sos increiblemente grande... te admiro, no sé si te lo dije ya alguna vez.
ResponderEliminarbesotes.
buen fin de semana.
Sí, así quedamos en la mamoria de quién tomó otras veredas opuestas a las nuestras. Silencio en la memoria, pero aún leves recuerdos.
ResponderEliminarSaludos
reverberación murmurada
ResponderEliminarde la memoria
acorde del silencio...
un abrazo
El primer y el último acorde,
ResponderEliminarel primer y el último verso..
El primer y el último pensamiento.
Te abrazo Noray.
"a los nenúfares azules
ResponderEliminardonde viven las libélulas"
Tus palabas me recordarón a los jardines prohibidos de Tombuctú...
Saludos!
Qué bellos esos acordes de la memoria...un abrazo querido poeta y amigo
ResponderEliminarA todas y a todos
ResponderEliminarUn simple arpegio
es una entera sinfonía
a tu memoria.
Un abrazo