Eros 2 - Contre peau ,1999 - MARÍA AMARAL
En el solsticio eterno de la vida,
los ojos vuelven a morder la cepa de vid
que crece en la luz de una lágrima de luna.
La voz quebrada continúa ardiendo entre la niebla,
al mismo tiempo que un cuchillo de oscuros silencios
corta la última palabra llena de sangre.
Desde el vientre profundo surte el deseo eterno,
sin dejar cicatriz dentro de la herida.
Solamente mi verso desnudo, ya sin ningún pudor,
se clava en el sexo de tu verbo hecho carne.
Qué belleza, qué imágenes que versos cargados de fuerza, sutileza y deseo hecho sensualidad...UN abrazo!
ResponderEliminarExquisita poesía poeta, que nos baña este día en tu espacio, lleno de pasión literaria e infinita al amor...
ResponderEliminarsaludos
Preciosa!!!
ResponderEliminarEspero me permitas darme una vuelta por tu casa, de momento lo visto me ha encantado.
Besitossssss
Precioso, imágenes impactantes. Un abrazo que acerca soledades
ResponderEliminarEste poema, acompañado de las Nanas... bueno, pues, sin palabras.
ResponderEliminarUn beso.
Soledad.
El verso es sexo, el verso es caricia, el verso se convierte en beso...
ResponderEliminarAbrazos versados, José.
Mi querido poeta, ese último verso es magistral!!!
ResponderEliminarRalmente maravillosa!
TE abrazo con admiración.
El verso y el verbo entregados al amor.
ResponderEliminarUn poema excelso.
Te felicito.
Besos.
A todas y a todos
ResponderEliminar... y siempre el verbo
se hará carne
o no será verbo.
Un abrazo
hacer del sentimiento poesía, sigue valiendo la pena. afectuosos saludos.
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