Cuatro Estaciones, 1928 - JOHANNES ITTENEra Primavera,
sin embargo, tú hacías
que me sintiera Otoño,
como el Otoño que arroja
el verdor de la esperanza,
como el Otoño que expele
la hojarasca de los árboles.
Tú te encontrabas erguida,
luchando para vencer
al Invierno cauteloso
que había petrificado,
de una vez para siempre
las huellas de un lleno absoluto
preñado de lucidez.
Tú me recordabas demasiado
al Verano de mi juventud,
cuando la vida se me iba
por un desagüe de segundos,
discurriendo frenéticamente
hacia el canal de la existencia.
De pronto, el mar refrescó mi cara
y otra vez, y no sé cuántas,
volví a ver el fuego eterno dentro de mí.
Intenté apagarlo, pero ya era tarde
para comenzar a buscar otro Verano,
para descubrir otro corazón de Invierno
que latiera en este Otoño de Primavera.
cuántas veces desperdicié estaciones pensando en sus ciclos renovados... cuántas veces y cuántos amores se vaciaron en el desagüe de mis sueños... y la vida quedó tan desnuda
ResponderEliminarun abrazo
Creo que no es tarde...no es tarde.
ResponderEliminarUn abrazo
Y contando estaciones
ResponderEliminaresperando un amor lejano
que por no buscar temprano
me dejó con ilusiones
Te espero siempre
Al otro lado del deseo
Besos..besos..y besos
Fantástico...completo!!!
ResponderEliminarexperimentar ese cúmulo de sensaciones, no dejar fuera nada.el otoño de los años, la primavera de la juventu , el invierno de las tristezas y el verano de la pasíon...la vida misma con todo lo que tiene inmanente.
Saludos conversos.
En las cuatro estaciones rueda el amor, a veces el comportamiento de los cielos, del clima, no es coherente, o no lo parece entonces es cuando creemos que "ya no es posible".
ResponderEliminarBello, intenso y melancòlico.
Un abrazo, Noray.
Bonito juego de estaciones, colores y sensaciones. En nuestro corazón guardamos un trocito de cada estación, que lata más en cada una de ellas
ResponderEliminarun abrazo desde el estío sevillano
ERA PRIMAVERA
ResponderEliminar(A todos ustedes, y especialmente a Camille por su lectura y, sobre todo por su extraordinaria obra poética)
Era Primavera,
la misma Primavera
que tú y yo soñamos,
la Primavera de Praga,
la de Mayo del sesenta y ocho,
la Primavera de las bodas
y la de las comuniones,
la Primavera de Vivaldi,
la Primavera de las flores.
Era Primavera y, sin embargo,
a mi me parecía Invierno,
quizá por las brumas
en mi memoria,
quizá porque siempre me gustó
más el Invierno,
quizá por la nieve inexistente
quizá porque era el mismo Invierno
que derrotó a Hitler en Europa.
Era Primavera
y el Verano copulaba en las noches
con el canto de los grillos
y con el aroma de las adelfas
y del heliotropo del jardín,
iluminado por los rayos melosos
de la enorme luna llena
y el paso de miles de perseidas
en la noche de San Lorenzo.
Era Primavera
y en el otro lado del espejo
era el Otoño rojo y ámbar,
el Otoño de las viñas,
el Otoño de las tormentas,
el mismo Otoño
que el de la Hojarasca.
el mismo Otoño
que el Otoño del Patriarca.
Era Primavera
y hoy, a pesar de todo,
sigue y seguirá siendo Primavera.
Un abrazo primaveral
PS: Lo subiré al Blog cualquier día.
Era Primavera,
ResponderEliminarsin embargo, tú hacías
que me sintiera Otoño...
me encantó!
aunque ya sabes, yo adoro el otoño!