El Cíclope, 1914 - ODILON REDON
Una hilera de hormigas brotará por las venas
y se precipitarán sobre un reloj de arena.
Una tras otra ocuparán los huecos de la triste calavera.
Un ojo de Cíclope se moverá por el suelo de mercurio,
difuminado entre las enormes grietas
que enseñarán el oscuro abismo de la tierra.
La voz muerta trepará por una escala siempre desierta
para dormir eternamente el profundo sueño de los muertos.
El corazón roto se vaciará por fin de latidos
y se acompasará al miedo en el fondo del océano.
El sexo ajado será pasto de gusanos
que se tornarán en crisálidas crepusculares,
que acaso sin saberlo alumbrarán un nuevo día.
Las imágenes se aglomeran y golpean con tal fuerza como esa realidad a la cual no podemos escapar...
ResponderEliminarMuerto, sin fuerzas y entregado a las fauces que todo lo devoran.
Tu cementerio de soledades, el resposo y ahora este sueño...bien dices compartes tus búsquedas internas.
Fue un placer llegar a tu blog.
Saludos!
El placer es que tu amarres en mi noray.
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