“Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.”


JORGE LUIS BORGES

martes, 10 de junio de 2008

Paredes quebradas

El rompido, 2001 - SOLEDAD SEVILLA


Las paredes quebradas lloran,

bostezan sus vestidos blancos.
Dentro de nada estarán agonizando.

Sus rostros demacrados,
extremadamente blancos,
casi sin silueta, se estremecen y rompen.

Aún se escuchan sus bramidos
en las negras noches de luna nueva,
invadiendo cada uno de los rincones.
Sus mustias voces, henchidas de polvo,
casi inexistentes,
dejan un leve vaho de eco
disperso por el aire.

Sus cuerpos están ya mutilados,
desde sus huecos ojos
hasta sus putrefactos
y malolientes labios;
desde su mano izquierda,
antes glorioso estandarte,
hasta los surcos de las huellas de sus pies,
paso firme en el pasado.

Todo se acaba,
acaso todo llegue a su fin
con el principio de la muerte
en el silencio de la noche.

Se escuchan los gritos,
los lamentos, los llantos.
Todavía, a lo lejos,
resuena el eco.

10 comentarios:

  1. que haya palabras como las tuyas antes del principio de la muerte...

    hermoso, amigo mío

    un abrazo

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  2. Tremendamente bello

    rico desbordante de

    imágenes y sentidos

    de carne y espíritu

    Cómo me gustaría

    que fuese mío!

    ♥♥♥besos♥♥♥

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  3. Veo que en el post anterior tienes una amapola, un saludo.

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  4. Describes la muerte en su indignidad de podredumbre de una forma que acongojas. Un magnífico poema para explicar el fin, lo que termina, lo que se rompe, lo que acaba.

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  5. El paso del tiempo, la llegada de la dama negra, de lo inevitable.
    Hacer poesía de la muerte tiene mucho mérito, porque no es una imagen fácil.
    Pero para ti no hay horizontes inexplorados, así que mi enhorabuena.
    Eso sí, aleja de ti tan funestos presagios y escribe mejor a lo blanco y no a lo oscuro. Je, je, je.
    Un abrazo enorme.

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  6. Camille

    ...¿O quizás esté en la muerte el principio?...

    Un abrazo.

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  7. Mía

    ¡¡¡Es tuyo, si ese es tu deseo!!!

    Un beso.

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  8. Amapola

    Gracias por fondear en mi bahía y amarrar en mi noray. Es un verdadero placer.

    Un saludo.

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  9. Ignacio

    Como escribí un poco más arriba, quién sabe si con la muerte se inicia otra forma de vida.

    Un abrazo.

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  10. Alatriste

    ¡Escribo a lo blanco! ¿Acaso no son blancos los sepulcros? :-)

    Un abrazo.

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Inexorablemente, dos somos infinitamente más que uno.