“Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.”


JORGE LUIS BORGES

jueves, 12 de junio de 2008

Sombras de olivos

Olivos, 1889 - VINCENT VAN GOGH

El frío abandona el jardín de las camelias,
germinadas en la punta del alfiler de tu solapa.
El mediodía se vuelve crepúsculo de algas y cenizas
y el jardín florido se torna erial con sombras de olivos.
Alcanza el crepúsculo el último dique seco,
sin faro de guía en esta arboleda de viento y sal
que el fuego del estío quiebra la quietud del aire.
En un instante, el crisol de las ramas vomita savia de sangre
e incendia las raíces de la rosa de los vientos.
Mi vista es patria de agrias palabras
forjadas entre las viejas arcillas de la noche.
El silencio vuelve a franquear los restos del vergel 
y debajo del olivo, entre cadáveres de magnolias y azucenas,
se asoma una frágil y delicada violeta sangrante, 
herida de muerte por el dolor de los siglos.