
Autorretrato con ramo de flores, 1981 - MARC CHAGALL
Todo está agotado.
El falso mesías, que portaba flores con raíces de fuego,
no volverá jamás desde el frío austral.
Su faz se desvaneció con el último naufragio en el océano.
Sus entrañas ardieron entre los húmedos líquenes,
que crecen en los límites de la existencia.
Todo es un infinito caos
que gira sin parar en el vértigo del silencio.
No regresará jamás.
La luz del cirio está ya quebrada
en limaduras que huelen a desesperanza.
Sólo queda portar un ramo de tristezas y arrojarlo
al hueco carnal que se abre en el olvido.
El falso mesías, que portaba flores con raíces de fuego,
no volverá jamás desde el frío austral.
Su faz se desvaneció con el último naufragio en el océano.
Sus entrañas ardieron entre los húmedos líquenes,
que crecen en los límites de la existencia.
Todo es un infinito caos
que gira sin parar en el vértigo del silencio.
No regresará jamás.
La luz del cirio está ya quebrada
en limaduras que huelen a desesperanza.
Sólo queda portar un ramo de tristezas y arrojarlo
al hueco carnal que se abre en el olvido.