
Sisyphus, 1920 - FRANZ VON STUCK
Subo hasta el cielo al amanecer
para descender de nuevo al averno
en la noche de la eternidad.
Mi sino no es otro que rodar, igual que Sísifo,
el alma hasta lo más alto de la cumbre escarpada.
Estoy condenado al silencio
y a vagar ciego durante cada jornada
en las sombras de mis propias palabras.
Solo cuando escribo un verso
puedo contemplar la belleza de la vida
y por un instante, en la más absoluta soledad,
vuelvo a ser plenamente feliz.
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