
Echando las cartas, 1968 – ANTONIO PADRÓN
Busco un nombre sin necesidad de fonemas,
un nombre etéreo, vacío y desnudo
que flote en el viento de la noche azul.
Busco un nombre que no pueda ser pronunciado
más que en el lenguaje de los pétalos de las flores
cuando se abren al nuevo amanecer.
Busco un nombre sonoro, sin mácula,
que siempre esté a punto de nacer al borde de los labios,
más allá de la semántica del silencio y la palabra.