
El joven poeta, 1995 - GILBERTO ACEVES-NAVARRO
A José María Pinilla,
en el amanecer de su muerte.
"No lloréis por él,
amanece la noche"
JOSÉ MARÍA PINILLA
Cuando muere un poeta
se quiebra el lenguaje,
lloran las palabras
y los silencios tiemblan,
mueren estrellas
en el fondo de la noche
y sangra la luna
sobre un lecho de seda.
Cuando muere un poeta
se recoge el mar
y las caracolas se lamentan
de puro dolor
porque con el alma del poeta,
en su firme mano
y en su corazón agotado,
muere la belleza.
Cuando muere un poeta
se abre el abismo,
y el zumbido del vértigo
se escucha en el silencio,
que se vuelve infinito
en los delicados pétalos
de un jacinto adolescente
que comienza a florecer.