“Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.”


JORGE LUIS BORGES

jueves, 25 de febrero de 2010

Entre una sementera de versos

El jinete de la muerte, 1935 – SALVADOR DALÍ

Las palomas blancas se volvieron ortigas
y entre los trinos de la inquina
 enmudecieron los ruiseñores.
Sobre la tierra sedienta quebraron 
sus finas raíces los alargados girasoles 
a la luz de un amanecer, 
que muda los jardines de mariposas 
en deshabitados cuerpos.

Tantos se han ido quedado en el camino 
a lo largo del tiempo,
deshojando sus propios ideales 
en la soledad de la noche,
asesinados en improvisados paredones 
o en cualquier infame cuneta
y pudriendo sus vidas en cárceles 
entre una sementera de versos 
que nunca llegaron a florecer.

Nada ha sido tan funesto 
como la infinita maldad del ser humano
contra sus propios semejantes 
cuando desata la represión y la guerra,
excretando el resentimiento y la injusticia 
que revienta heridas mal cerradas
por las que afloran las vísceras 
y se transforman en pústulas del aliento, 
de la carne y de la ardiente memoria.