Reverso del Díptico de San Juan y la Verónica, 1483 – HANS MEMLIN
Solo queda un rastro
azul de mar oxidado
en el cáliz inmaduro
de tu cuerpo desnudo
y bebo, sorbo a sorbo,
con extrema lentitud,
los rescoldos de luz
que surten
bajo
la piel
del olvido.
En ese olvido navegamos popeta..
ResponderEliminarSiempre me es grato visitare..
Un abrazo
Saludos fraternos..
Que el fin de semana sea de los mejores..
Pues ese “cáliz inmaduro” me gusta un montón. Me parece un poema estupendo, enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
es un caligrama muy sensual, beber el calíz del olvido juvenil es a veces una trampa que repetimos
ResponderEliminarbesos
El cáliz de la vida tiene, a veces, un trago amargo. Abrazos.
ResponderEliminarUn cáliz perfecto
ResponderEliminaren la forma
y en el verso.
Un gran abrazo.
Que bello beber de tus letras...
ResponderEliminarcon forma y figura, nada que decir, siempre sensato para intensificar los bordes y tus letras.
ResponderEliminarPreciosas palabras, muy sutiles y sensuales. Parece casi que leía a traves de una gasa de tul.
ResponderEliminar"Bajo la piel del olvido". Buen caligrama.
ResponderEliminarUn abrazo
Grial que ya nadie busca...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Muy creativo.
ResponderEliminarEspléndido contenido dentro de un ingenioso cáliz.
Saludos.
Forma y fondo que se complementan como siempre nos tienes acostumbrados.
ResponderEliminarAbrazos.
Hermosos tus versos.
ResponderEliminarUn placer para los sentidos acompañarlos por la Dulce Pontes.
Bull l’escuma verge
ResponderEliminarcrepitant bombolles de mar
oxigenat
i piquen com elixir
d’eterna joventut
en el teu cos nu decadent,
de temps madurs,
de petons ancorats
als plecs de la pell,
testimonis muts
de tants records,
que semblen reflectits
en cada gota de mar
dipositada
sobre la bruna epidermis
com part d’un immens mosaic
que des de lluny
m’evoca un tardà oblit.