Self Portrait, 1889 - VINCENT VAN GOGH
Siempre he caminado por la orilla
en el momento álgido de la bajamar,
persiguiendo cada una de las huellas
que han quedado dormidas en la arena
y deseando encontrar los sueños
que otros han dejado enterrados.
El movimiento del mar
se hace horizonte en mis ojos,
y cada sístole y cada diástole de la marea
no es más que el rumor nocturno
de un vientre oscuro y denso
que habita en el corazón de la isla.
Todo parece estar en calma,
sólo el sonido del silencio
se escucha ahora en la distancia,
y una barcaza alumbrada por la luna
comienza a echar las redes al océano
para recogerlas de nuevo al alba.
No hay nadie más en la playa,
sólo yo con mi sombra negra
diluyéndome sobre las negras aguas.
Ya no queda más signo de vida
sobre estas arenas quemadas,
sólo yo y mi muerte anunciada.
Me dieron ganas de darte un abrazo y quedarme un ratito asi...
ResponderEliminarEl poema es tristemente maravilloso, pero lo malo de los poetas es no saber cuando lo que lees es ficción o realidad!!!
De todas maneras, nunca dejo abrazos en mis brazos... y alla fue uno (por si lo necesitas)
De mi alma a la tuya!!!
No sé qué pensar, estos versos destilan como una forma de serenidad y al mismo tiempo otra cosa, que no sé nombrar... Por lo demás, que sea lo más tarde posible.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
no eres el único en esa playa
ResponderEliminarni nadie lo será
siempre habrá alguien al lado
sosteniendo nuestras miserias
y nuestras negras sombras...
besos Poeta
y una brazo grande de amanecer
¿Cómo se puede escribir tan maravillosamente a algo tan angustioso?
ResponderEliminarAunque el título me ha revuelto las tripas, es un poema bellísmo, querido Noray.
Te abrazo, amigo querido.
Una hermosura que llega profundo, tanto como mi adorado Vincent.
ResponderEliminarMi saludo desde el mar, Liliana
Admirado poeta y amigo Noray. La verdad es que yo también abrí inmediatamente tu entrada pensando lo peor. Menos mal que todo era fruto de tu fértil creatividad. Te vi tan fuerte y tan joven en Alcalá de Henares que dudaba absolutamente de lo que translucía el título. Pensaba, claro, en aquel brillante escritor canario de nuestrra red, Polidori, muy querido por mí y víctima tan joven de un mal que todavía sigo sin saber. Quizás tu, que eres canario, sepas algo más y me lo cuentas. Bueno, pues tranquilos, se trata de tu poesía, que es tan realista que hasta me ha engañado a mí. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarSiempre te imagino mirando nuestro mar, te imagino dulce, bondadoso, muy sensible pero fuerte.
ResponderEliminarLleva razón Elisa cuando dice que no estás solo.
Es un poema bellísimo pero me voy tocada del ala.
Ojalá estés bien.
Un abrazo.
Morir por y de AMOR, bella entrega y rendición.
ResponderEliminarBelleza de muerte!!
Un abrazo
Hola Noray.
ResponderEliminarTremendamente melancólico, profundamente triste. Creo que uno nunca se queda solo, no se puede... nuestras vivencias son como la sombra, las huellas en la arena nuestra certeza esperando esa ola que en algún momento llega y volviéndose espuma ... retrocede.
Bello.
Un abrazo.
aloe.
Un poema triste? nada de eso, maravilloso y que me anima a seguir caminando en la oscuridad eterna de la noche. No necesito los ojos, mis demás sentidos están siempre alerta para oler el bello aroma que desprenden tus poemas...
ResponderEliminarUN abrazo.
No estás solo poeta, otros a la espera no lo sabemos expesar de forma tan bella. Nos encontraremos, seguro.
ResponderEliminar¿Morir tú? Tal vez en lo físico del momento. Tal vez en la carne. Tal vez cuando pases, como todos, a ser arena irremediable de esa gran playa que llamamos "vida". Pero tu palabra, tu forma de decirla, tu forma de darle vida propia, tendrán llama y chispa mientras quede una sola persona con ojos para leer y sensibilidad para llorar contigo. Un fuerte abrazo, hermano de insularidades.
ResponderEliminarQuerido Noray: bonito y estremecedor paseo en el que acompaño tu íntima soledad sin alterarla en la reflexión en la muerte. Un abrazo
ResponderEliminarquizá haya otras personas..
ResponderEliminaralmas errando por la misma orilla,
persiguiendo las huellas de los sueños
que dejaste tú al pasar.
me quedo con las palabras de Pedro F. Báez,
me quedo con su brillo de luna y con tu reflejo en las olas del mar.
La mar con sus mareas y oscuras profundidades invita a pensar. Ese anuncio todos lo tenemos; que la fecha sea muy alejada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Unas letras cargadas de melancolia, muy bello el poema a pesar de la tristeza que emana por cada uno de los poros de tus versos....
ResponderEliminarTe sigo amigo, continuo encapillando las gazas de mi nave poética cada vez que recalo por tu hermoso puerto de versos y sueños.
Ahí nos encontramos todos querido poeta, con la muerte anunciada desde el principio de los tiempos, pero a veces nos creemos inmortales, hombre valiente, te recuerdas y me recuerdas que ahí está la fiel compañera.
ResponderEliminarBello canto a la sombría orilla, a la negra noche, para volver al alba de la muerte-vida,
del morir y renacer.
Besos Noray
Todos estamos condenados a morir, no importa cuando ni como. Por eso no cambian las cosas. El que tiene vive con miedo a la parca, ya está muerto en vida... Muerto aunque sea de miedo.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
besos y abrazos para ti
ResponderEliminarten un fin de semana precioso Noray querido:)
Pensamiento que a todos nos llega,
ResponderEliminarefímera es la vida.
Muy bello
Un fuerte abrazo