*Mujer en la noche, 1947 – JEAN FAUTRIER
Cada átomo de mi cuerpo,
convertido en mil candelas
en la quietud de esta oscuridad,
arde en los poros de tu cuerpo
hasta traspasar la piel,
para adentrarme en tus venas
y acariciar por dentro, aquello
que jamás nadie se atrevió a tocar.
No son tus manos de sosiego y pasión,
ni tus labios húmedos lo que yo deseo.
No es tu limpia y transparente mirada,
ni siquiera tus pechos de puro azahar.
No es el fuego de tu sexo ardiente
lo que ansío en mi nocturno abandono,
cuando se rompen los diques del abismo
en mi frágil razón al anochecer.
Lo que anhelo y busco cada día
es detener la rueda del tiempo
de estas desacompasadas horas,
que mueren de infinita soledad
en nuestros relojes de mar y viento.
Lo único que pretendo a cada instante
es ser tu sombra y que seas mi luz al caminar.
Simplemente, amarte lo que dure la eternidad.
*Grabado, firmado a lápiz
Muy lindo Noray.
ResponderEliminarCon respecto a detener la rueda, pensaba mientras te leía, que aunque suene loco es posible. Después de todo ¿quién marca el tiempo? Lo que para vos puede ser un minuto, para mí puede ser un lustro y para otro tres horas. Eso sí, debería haber una suerte de desconexión medio rara con el mundo, que a su vez traería otros inconvenientes, no asociados al tiempo pero sí a los entornos. En fin, una prolongación de lo que me generó tu poema, precioso, por cierto.
Cariños!
Qué sentimiento tan grande y precioso, Noray... menos mal que lo escribes y describes, creo que si te dejaras estos sentimientos dentro te romperías... me he quedado con un nudo en la garganta y otros tantos en los nudillos...
ResponderEliminarPreciosísimo!
Un abrazo intenso!
Y es que, cuando el verdadero amor llega, no solo sombra... "piel a piel pegados"
ResponderEliminarUn Abrazo.
Un nocturno imposible de olvidar. Abrazos.
ResponderEliminarAquí llevo un rato, leyendo tu poema y dejándome ir por la música: Llach, Pablo, Chopin... la siento como mía; creo que ya te lo he dicho alguna vez, compartimos el gusto por muchos cantautores.
ResponderEliminarEl poema: Inmenso.
Un abrazo.
Sin palabras
ResponderEliminarUn nocturno lleno de luz, gracia y belleza.
ResponderEliminarAbrazos,
Si pudieramos detener
ResponderEliminara nuestro antojo el pasar
del tiempo, nos quedáríamos
para siempre en ese preciso
momento, en aquel que pareciera
que tocásemos cielo.
Un abrazo
Has convertido en palabras un Nocturno de Chopin.
ResponderEliminarNoray, sin desmerecer las dos primeras, la tercera parte del poema es brutal:
La rueda del tiempo
La infinita soledad
Ser tu sombra
Que sea tu luz
Amarte en la infinidad de lo eterno.
Enhorabuena y un abrazo,
Lo que anhelo y busco...Un eterno instante enamorado...
ResponderEliminar¡Que se cumplan tus deseos, amigo.!
Un abrazo.
Es bello, poético, pero el tiempo no se detendrá: ama.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces si… A veces parece que el tiempo se detiene sin antes ni después…
ResponderEliminarUn abrazo
Amarte lo que dure la eternidad. ¡ Que bello!.
ResponderEliminarY que generoso. Un abrazo poeta.
me siento frágil entre tus versos..
ResponderEliminarme emociono al leerte,
al imaginar cómo es el momento exacto
en el que escribes estas palabras.
es de lo más dulce.. de lo más bonito que has escrito nunca noray.. es.. como si te quebraras al escribirlo.. como si necesitaras encerrar este grito en un silencio..
amarte lo que dure la eternidad.
sólo eso.
eres inmenso noray.
te abrazo siempre.
Suspiros y cadencia del relog.
ResponderEliminarNo quiero tu materia, quiero tu alma.
Soy masoquista, lloro y disfruto sera posible?
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