“Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.”


JORGE LUIS BORGES

martes, 20 de septiembre de 2011

Carne de lava


Calcinados, 1974 - CÉSAR MANRIQUE


“cuando sea ceniza
que no me esparza el viento más allá de tu orilla”

ARTURO MACCANTI


Llegará la noche
y los lirios azules
se volverán rosas de espinas,
y una luna adolescente
llorará desde lo alto
mi silencio en soledad.
El péndulo de ceniza
dejará ya de marcar el tiempo
en esta carne de lava,
y pereceré junto a tu ribera
para regresar con el viento
al útero de la tierra.

8 comentarios:

  1. -Duele poeta esta creación tuya
    Si te sirve.....un Abrazo

    ResponderEliminar
  2. Siempre se regresa a ese útero en los momentos aciagos. Eterno retorno al la nada, silencio de soledades, sí.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Y de la tierra brotará una nueva semilla cargada de vida, cerrando de nuevo el círculo que nunca acaba, que siempre regresa.

    Grandes letras.

    Abrazos.

    P.d: Sin prisa, que el final del camino no se va de allí.

    ResponderEliminar
  4. Muy bello y nostálgico tu poema, me ha gustado mucho el cuadro de César Manrique para encabezar tus versos. Da la casualidad que este verano estuve en Lanzarote y tuve el placer de verlo y fotografiarlo.
    Cariños

    ResponderEliminar
  5. Sólo las lunas adolescentes lloran el silencio de otros. Esto sólo ocurre en las noches más densas. Las lunas experimentadas, están acostumbradas al silencio y a la soledad.
    Es cuando se une la luna a las lavas, cuando se hace la noche más breve...
    Bienvenido a la lanzaroteña lava...

    ResponderEliminar
  6. Poesía dura dolorosa y real...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Buen poema, soberbio y profundo renacer de las cenizas.

    Saludos José Alberto, con tu permiso me quedo a seguirte.

    ResponderEliminar
  8. Tenés el poder de conmover a mi alma con cada palabra .

    Regresar al útero es renacer.


    Te abrazo poeta querido.


    M.

    ResponderEliminar

Inexorablemente, dos somos infinitamente más que uno.