Self-portrait, 1889 – VINCENT VAN GOGH
Me hundo en la espesura del océano,
donde habitan las fauces del tiempo,
y percibo como se debate el otro
entre el sueño y la melancolía.
Sé que venceré esta batalla
y, cueste lo que me cueste,
aunque me deje la piel a jirones
y me asalten las terribles sombras
en mitad del vacío al amanecer,
sé que volveré a sonreír de nuevo.
Volver a sonreír...aunque cueste esa piel y esos versos que tu derramas, tan tristes y tan bellos como el más maravilloso poema de adios jamás escrito y que leo casi simultáneamente con el tuyo.
ResponderEliminarQué poco queda para conocerte, POETA!!!
Estoy emocionadísima.
Un beso.
Busca mi querido Noray, ese lugar donde descansar... una sonrisa puede surgir de un simple lugar donde hallar paz...
ResponderEliminarBesos cielo!!!
Que melancolia me dio leerte!!!
Versos cautivadores que envuelven la nostalgia y la esperanza, de un ser romántico con ansias de futuro....
ResponderEliminarUn abrazo querido noray
El convencimiento de la victoria es el primer paso para alcanzarla. Claro que volverás a sonreír. Tú lo sabes y nosotros, los que te leemos, también.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo un manantial de poesía brotan de tu blog.. poeta..
ResponderEliminarUn agrado inmensos leerte siempre...
Un abrazo
Saludos fraternos..
Tú sabes que hay fuerza
ResponderEliminarsuficiente para vencer
en ese debate,se hallará
la luz que espante la oscuridad
y se volverá a sonreír.
Un cálido abrazo Noray
A veces la sonrisa se convierte en un cubito de hielo, pero cuando menos se espera, sin saber por qué, aparece el sol en lo más alto y nace una primavera.
ResponderEliminarSonreír de nuevo, a pesar del tiempo, del silencio y de las fauces. Visceral y líricamente conmovedor. Abrazo.
ResponderEliminarQué sería del mundo sin la luz de tus versos,
ResponderEliminarsin la calidez de tu sonrisa...
Tarde o temprano...venceremos...
ResponderEliminarmientras sigamos escribiendo ciertas palabras en nuestros versos...
palabras que son más que palabras...que sentimos en lo más hondo...y las vivimos en lo cotidiano...
un abrazo