Sauces al atardecer, 1888 - VINCENT VAN GOGH
Tu boca de tiernos y dorados trigos
se arrulla en mi boca de agrios naranjos
Tu boca de tiernos y dorados trigos
se arrulla en mi boca de agrios naranjos
y florece al alba sobre el horizonte de mis labios.
La luz de tus ojos, henchida de primavera,
enciende el invierno de mi mirada,
cuando comienza el sueño y acaba otra jornada.
enciende el invierno de mi mirada,
cuando comienza el sueño y acaba otra jornada.
Eres el silencio encarnado en la palabra,
el oasis florecido y la fruta ya madura
el oasis florecido y la fruta ya madura
en mi ardiente memoria.
Eres la espesa arboleda,
la única y auténtica bandera.
Eres la verdadera estrella
en la noche de mi isla.
la única y auténtica bandera.
Eres la verdadera estrella
en la noche de mi isla.
aliento siempre virgen y perfume de canela..
ResponderEliminar¡me encanta!
oasis florecido..
tú eres fuente constante de poesía y sentimientos.
qué bonito sería enraizarse a tu cintura
y echar a volar..
Siempre intenso...
ResponderEliminarSaludos,
Fruta ya madura en mi memoria, ¿habrá algo más hermoso y sabroso que la fruta madura lista para su recogida por mano experta?
ResponderEliminarMe quedo con ese verso, aunque todos son para enmarcarlos y exponerlos.
Un beso Noray
Te miras con ojos pesimistas, duros, pero aún así tus versos son tan maravillosos que siempre los leo y releo con verdadero placer, antes de dejarte mi abrazo.
ResponderEliminarPrimavera que se impone al invierno y al frío, verdadera estrella, amanecer y sonrisa en tus versos amigo poeta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Veo te estás desquitando; poemas en cascada, y buenos.
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