lunes, 24 de marzo de 2008

Mi caracola


La caracola, 1912 – ODILON REDON

Anclado me encuentro 
en el farallón de tus deseos
y las crines al viento de la luna
iluminan tu pecho florecido de cirios,
que huelen a incienso y a nardos.
Continúo con este sortilegio nocturno 
donde la pleamar del
océano
sacia de espumas la soledad del cuerpo.
Herido estoy en el costado
y un tropel de
nubes aguardan 
a secar mis lágrimas de barro.

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Inexorablemente, dos somos infinitamente más que uno.