lunes, 22 de marzo de 2010

Las aceras de la eternidad

Laberintos del alma III, 1994 .- ALBERTO PANCORBO

Quiero sembrar tu jardín
con tréboles de cuatro hojas
y talar los árboles de ceniza
que se levantan junto al camino.
Quiero respirar la fragancia
de tus pétalos de flores
y hacerlos perpetua ofrenda
de este ayuno nocturno.
Quiero ser un simple poeta
que te vea latir en el mundo,
sin vértigo, en el laberinto
de las aceras de la eternidad.