sábado, 22 de agosto de 2009

La huella de mis labios


Adagio, 1903 - NÉSTOR MARTÍN-FERNÁNDEZ DE LA TORRE

Anochece y me acerco a tu lecho,
deslizándome entre las sombras
cegado por la luz de tus senos
y por la fuente de tu deseo.

Reposo en tus pupilas
y buceo en el océano de tus manos
mientras transito tu piel desnuda
con la huella de mis labios.

Ardo en la cavidad de tu cuerpo
y se incendia mi cuerpo sin rubor
al abrasarme entre tus suspiros
cuando se aproxima la aurora.