martes, 18 de marzo de 2008

Anoche

La cabeza de Ícaro, 1900 - ODILON REDON


Anoche me hundí
en la soledad de mi alma
y tuve miedo.

Braceé en un silencio de alondras encendidas
y volé sobre las alas de mi doliente Ícaro
para licuarme en estrellas de añil y fuego.

Me ungí con el aceite de tu ausencia
y viví la infinita desolación de las caracolas
florecidas en la luz de tus labios.

Labré de besos tus nacientes auroras
y me arrullé en el trémulo
oleaje de tus abrazos.

Me entregué a tus acantilados de lilas y azucenas
y me dormí en el recodo seguro
y silente de tu aliento.

Acaricié la luz temprana de tu sueño trasnochado
y me precipité al laberinto del horizonte
donde reside el Minotauro.

Anoche me hundí
en la soledad de mi alma
y tuve miedo.